domingo, 9 de noviembre de 2014

Entre agones, fantasmas y pasiones.

   Un Espíritu Burlón, comedia inglesa de Noël Coward, refleja, a través del comportamiento y las acciones de sus protagonistas, el predominio de los deseos y las emociones en la toma de decisiones. La razón y sus supuestos pasan a ser de segundo plano de manera casi automática. No hay una preocupación por el orden lógico o los preceptos que rigen o deberían regir el comportamiento de las personas. Cada quien debería cumplir una función y actuar de cierta forma según su rol en el esquema social, pero esto no sucede así en todo momento, pues existe mucha libertad por parte de los personajes al expresar tanto sus sentimientos como sus pensamientos.

     Gran relación tiene esto con la obra trágica de Sófocles, Antígona. Por un lado, tenemos al rey Creonte, un personaje que no se deja llevar por las emociones o el afecto hacia los demás, sino que toma su papel de rey y cumple sus funciones sin vacilar mucho. En Un Espíritu Burlón, podemos comparar esta figura masculina, de autoridad, con Carlos (el protagonista), quien actúa en función de su papel de novelista reconocido, de hombre de la casa. Aún así, este personaje demuestra mucha más sensibilidad y despreocupación por la crítica que Creonte (podemos verlo en las págs. 73 y 74 con su trato hacia la servidumbre). De igual forma actúa el doctor Bradman, personaje serio y científico pero que en ningún momento reacciona de forma severa.


        Por otro lado, en la obra de Sófocles, también tenemos al personaje de Antígona, que se deja llevar por sus creencias, su lógica interna y sus sentimientos, y entierra a un hermano solo porque es hermano y no porque le tenía verdadero afecto, termina quebrantando la ley sin importarle sus funciones como princesa y  sobrina del rey.

          Sus acciones impactan a todo un grupo de terceros, y así podemos verlo también en la obra de Coward con el personaje fantasma de Elvira: está tan desesperada por cumplir su deseo de volver a estar con su amado ex esposo, Carlos, que lleva a cabo una serie de cosas para que él muera y vaya a su lado en el más allá (pág. 125-126). Todas estas acciones terminan afectando a un tercero, Ruth, la esposa actual de Carlos, quien muere en un accidente automovilístico (pág. 132-133). Al mismo tiempo, este deseo de estar junto al amor de su vida lo vemos con Hemón, que busca la muerte solo para estar con Antígona, quien no solo afectó a su amado con sus acciones, sino a Creonte y a Eurídice.

      Otro aspecto a señalar en Un espíritu Burlón es cómo las diferentes creencias o ideologías de cada personaje actúan en conjunto. Al inicio, ninguno cree en los poderes de la médium, Madame Arcati (pág. 53-54), o en todo caso, intentan buscarle alguna explicación lógica a lo que hace en sus rituales. Durante la obra, se ve cómo la juzgan según su rol de médium, pues todos están muy atentos a ver si cumple con los “estándares” de una persona que se conecta con los muertos o si es una farsante. Este actitud crítica hacia los roles y las acciones también puede verse entre el doctor Bradman y su señora, pues, en algunas ocasiones, ambos se llaman la atención por lo que el otro realiza o dice (pág. 39 y 45). Este asunto de las virtudes y el actuar en función del rol a desempeñar, cumpliendo con lo establecido o esperado según el mismo, es igual de evidente en Antígona.

          Aún así, en la obra de Coward, hay mucha más flexibilidad con este asunto, pues no hay penalizaciones por salirse de las buenas actitudes, por cumplir perfectamente con los estándares. El protagonista, por ejemplo, al final de la obra reacciona totalmente distinto y va más allá de lo que sus creencias le dicen, pues acude a la médium para encontrarle solución a sus problemas (a partir de la pág. 135). Lo mismo sucede con Ruth, la esposa de Carlos, pues al inicio no creía en sucesos paranormales; luego, termina creyendo en ellos y hasta envuelta en todo el asunto.

       En ambas obras el amor, los sentimientos y deseos juegan un papel sumamente importante, pues hacen eco en las acciones de los personajes, involucrando a terceros involuntariamente. De esta forma, hemos elegido representar "Un espíritu burlón", uno de los más grandes éxitos del dramaturgo Noël Coward durante la Segunda Guerra Mundial, por su carácter jocoso de comedia negra. La cual viene cargada de un profundo análisis psicológico y conductivo, en donde se ponen en escena las relaciones íntimas, las pasiones y desamores.

          El tema central de las relaciones humanas, con sus diferencias y conflictos, sirve para hacer reflexionar al público sobre cómo en el panorama mundial y específicamente en Venezuela vivimos cargados de “fantasmas” que nos persiguen y nos envuelven, causando que nuestra existencia sea cada vez más oscura. El desatarnos de esos fantasmas y continuar hacia un nuevo camino es lo que se quiere dejar ver con la interpretación de tan plausible obra de teatro.

Guion completo de Un Espíritu Burlón, de Noël Coward: http://bibliotecademexico.gob.mx/coleccion_sep/libro_pdf/21000026861.pdf 

1 comentario:

  1. Muy rigurosa su entrada, lástima que no hayan integrado a los autores de los distintos ensayos leídos y se quedaran solo con las afirmaciones de Levinas.

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