domingo, 23 de noviembre de 2014


Ibsen introduce en sus obras la complejidad del alma humana y expone en toda su desnudez sus prejuicios, hipocresías y convenciones. La moral burguesa o victoriana, constituye el blanco predilecto de las observaciones del autor. En Casa de muñecas, aborda el problema del feminismo, no en el sentido particular de los derechos políticos sino en el más general de la personalidad femenina y su liberación.

Nora, protagonista de la obra, mujer objeto, muñeca, atravesará un largo proceso de conciencia, al final del cual, con la asunción de la total responsabilidad de sus acciones, alcanzará la total dignidad humana.


Nora 

  • Se expresa exageradamente en casi todas las escenas. Aunque esta forma de actuar irá evolucionando, pues en el tercer acto ya vemos el giro completo que da.        
  • Es un personaje bastante peculiar, actúa de forma jocosa, tararea, es hiperactiva como una niña. En escenas importantes o de tensión, termina muy agitada y nerviosa.
  • Agita sus manos al hablar y para decir una idea prácticamente atraviesa el escenario.
  • Siempre está sonriendo, como para demostrar la felicidad que ella profesa tener. También en momentos de alegría suelta una risa nerviosa que es capaz de contagiar al espectador por la simpatía.
  • Es tratada como una niña y un objeto por su esposo, Helmer



Escenas

Acto primero

-Nora. ([…] Nora cierra la puerta. Continúa sonriendo mientras se quita el abrigo y el sombrero […] Se pone a tararear otra vez según se dirige a la mesita de la derecha.)
-Nora. (Juguetea con los botones de la chaqueta de su marido, sin mirarlo.)
-Nora. […] (Se levanta de repente, palmoteando)
-Nora. (Sonríe y canturrea.) No me haga caso. (Paseándose) […].
-Nora. […] (Le mete una almendra en la boca) […] (Paseándose.)
- Nora quita los abrigos a los niños, desparramándolos por la escena…/ Se ponen a jugar todos, riendo y alborotando, en el salón y en la biblioteca de la derecha. Por fin, Nora se esconde debajo de la mesa. Los niños irrumpen precipitadamente, sin encontrarla; pero, al oír su risita contenida, se lanzan todos hacia la mesa, levantando el tapete, y la descubren. Ruidosa alegría. Nora sale a gatas como para asustarlos. […].

Acto segundo

-Nora. (Loca de angustia, se queda como clavada en el sitio, y murmura.) […] (Se pasa la mano  por la cara, recobrándose, y va a abrir la puerta de la antesala. […])
-Nora. (Mirándolo un momento) ¿No le da vergüenza…? (Le golpea ligeramente en una oreja con una de las medias.) […].
-Nora. (Saca de la caja una pandereta y un mantón multicolor. Se lo pone nerviosamente y de un salto se planta en medio de la habitación gritando.) ¡Toca ya! Voy a bailar.

Acto Tercero

-Nora. (Tantea en torno suyo con ojos extraviados, coge el dominó de Helmer y se envuelve en él, mientras murmura, con voz ronca y entrecortada.) ¡No volver a verlo jamás! ¡Jamás, jamás, jamás! (Echándose el chal por la cabeza.) Y los niños…no volveré a verlos tampoco nunca… ¡Oh!, el agua helada…y negra… ¡Ah! ¡Si todo hubiera pasado ya!...Ahora la abre, la estará leyendo…No, no, todavía no. ¡Adiós, Torvaldo!... ¡Adiós, hijos míos!
(A continuación, ejemplos del giro en su actitud)
-Nora. (Mirándolo fija, con una expresión creciente de rigidez.) Sí, ahora es cuando realmente empiezo a comprender…
-Nora. (Con fría tranquilidad) Sí.
-Nora. (Sin inmutarse) […].


Los personajes masculinos

·      Son un poco estáticos o sus movimientos son muy tranquilos, nada extremos.

·    No son muy expresivos al hablar y se desplazan por el escenario cuando se trata de algún giro en el tema de conversación o para tratar un punto importante.

·   Como buena representación de lo que significa ser un hombre, en especial un caballero, están siempre bien plantados y muestran elegancia y sutileza con sus gestos.

·   Helmer sonríe constantemente al dirigirse a su esposa, de una forma tal vez burlesca o de subestimación; además, la malcría. También usa mucho el contacto físico al tener diálogos con Nora en los que se refiere a ella como un pájaro, una muñequita, etcétera. (Por ejemplo: tomarla por la cintura, abrazarla, tomarla de las manos.)

Escenas

Acto Primero

-Helmer. ¡Nora! (Se acerca a ella y, bromeando, le tira de una oreja) ¿Reincides en tu ligereza de siempre? …[…].
-Helmer. Querida Nora, no puedes negarlo. (Rodeándole la cintura.) […].
-Helmer. (Riendo.) Eso sí es verdad. Todo lo que puedes; pero lo que pasa es que no puedes nada.
-Helmer. (La amenaza con el dedo.) ¿Qué diablura habrá cometido esta golosa en la ciudad?
-Doctor Rank. (Encogiéndose de hombros.) Es ese punto de vista el que convierte la sociedad en un hospital.
-Krogstad. (Reprimiéndose.) Óigame, señora. Si hay que hacerlo, lucharé con todas las armas por mantener mi puesto en el Banco.
-Krogstad. (Avanza un paso hacia ella.) Oiga, señora…, […].
-Helmer. […] (Poniéndole una mano sobre la cabeza.) ¡Querido pajarito cantor!

Acto Segundo

-Doctor Rank. (Bajando la voz, con la mirada en el vacío.) ¡Y tener que abandonarlo todo!

Acto tercero

-Krogstad. (Apretando los puños.) ¿De manera que fue así? ¡Y todo…por dinero!
-Helmer. (Le da un beso en la frente.) Ya empieza a hablar la alondra como una persona. […].
-Helmer. (Molesto, en voz baja.) ¡A quién se le ocurre…! ¿Qué querrá ahora? (Sube la voz.) […].
-Helmer. (Disimulando una sonrisa.) Eso sí, no cabe duda.


La señora Linde

·    A pesar de su papel ligeramente triste por su situación sentimental de no saber qué hacer para seguir feliz, también se desplaza ampliamente por el escenario.

·     Su gestualidad no es tan exagerada como la de Nora pero sigue siendo más expresiva que los roles masculinos. Se puede decir que representa el equilibrio: es el intermedio entre Nora y los roles masculinos.

Escenas

Acto primero

-Señora Linde. (Sonríe tristemente mientras le acaricia el cabello.) Son cosas que ocurren a veces, Nora.
-Señora Linde. […] (Se levanta, intranquila.) […].

Acto segundo

-Señora Linde. (Cosiendo.) ¿De manera que te disfrazarás mañana…? […].
-Señora Linde. (La mira con fijeza, deja la labor y se levanta lentamente.) Nora, tú me ocultas algo.

Acto tercero

-La Señora Linde, sentada junto a la mesa, hojea distraídamente un libro. Hace un esfuerzo para leer, pero parece que no puede concentrarse. De cuando en cuando mira con atención hacia la puerta.
-Señora Linde. (Mirando su reloj.) Aún no…y ya ha pasado la hora. Con tal que… (Escucha de nuevo.) ¡Aquí está! (Sale a la antesala y abre con cuidado la puerta del piso. Se oyen pasos por la escalera. En voz baja.) Pase. No, no hay nadie.

Acotaciones

  •   Tanto las acciones de Nora como las de la señora Linde son las que en el fondo tienen mayor peso para el desarrollo de la historia. Su presencia en la mayoría de las escenas y su notable actuación signada por su gestualidad y desplazamientos marcados dan constancia de su influencia: le dan direccionalidad a la historia.
  •    También se puede notar cómo los personajes hacen movimientos sutiles, rígidos o simplemente permanecen estáticos en escenas importantes o de alta tensión emocional, es decir: cuando el diálogo tiene un gran peso en su significado, los movimientos son mínimos. Cuando el diálogo es banal o menos significante, los movimientos son mucho más notorios y llamativos.
  •     Por último, las obras de Ibsen siguen la línea del Teatro Libre de André Antoine, y justamente por eso es notorio cómo los trajes de los personajes y la escenografía son usados de forma clave durante toda la obra, acompañando la dimensión gestual. No son un simple adorno, son parte del mensaje que se transmite. 


domingo, 16 de noviembre de 2014

Asia y el Lejano Oriente

Goethe decía de la puesta en escena: "Poesía, pintura, canto y música; arte teatral y tanto más: Si todas estas artes y encantos de juventud y belleza se unen en una sola noche en forma importante, entonces resulta una fiesta que no se puede comparar a ninguna otra'''

Asia y el Lejano Oriente,  un lugar donde uno se convierte en muchos, y diez son miles, para abarcar así el mapa entero. Es la fiesta de la subjetividad, la venta de un país o de la personalidad misma, puesta en escena como una caricatura de la sociedad que está más presente que nunca.

Asia y el Lejano Oriente UCAB

Dirección plástica
  • Escenografía: es sencilla, se utilizan materiales de metal vulgares para representar sillas, mesas, computadoras, etc., que son movilizados por los mismos actores. El hecho de que sean materiales oxidados, grises, hace juego con la vestimenta de los personajes y con todo el fondo de la obra: el país se vende y todo perdió brillo. El desplazamiento de los actores por la habitación (no solo el escenario) llamó la atención del público, aunque opinamos que los actores deben pulir estos movimientos, pues llegó a confundir al espectador.

  •  Iluminación: la oscuridad que reinó la sala en algunos momentos fue clave para mantener al público interesado. No hubo mucho juego de luces, aun así, el color azul hizo presencia en escenas tensas y cuando se paralizaba el tiempo. Hacer más presente este recurso enriquecería más aún la obra.

  •  Vestuario: piezas de ropa sencillas, las cuales eran predominantemente grises (en diferentes tonos). Se evidencian elementos más coloridos o con relación a la edad del personaje en ciertos casos, por ejemplo: la anciana que aparece en la escena del bolso robado, usó un sweater tejido de color rojo, lentes y un bastón. El vestuario es clave en esta obra, ya que gracias a él distinguimos qué rol representa cada personaje en la sociedad.

  •  Maquillaje: simple, nada exagerado.

  •  Musicalización: los propios actores eran los encargados de darle vida a este recurso con sus pies (marchando), dando palmadas, haciendo sonidos con los materiales metálicos y hasta cantando sin mucho tecnicismo. Tenían un encargado a un lado del escenario que realizaba ciertos sonidos específicos. Deben ser cuidadosos y precisos con este elemento, ya que puede resultar un poco engorroso para el público, mareándolos o aturdiéndolos.


Estos recursos adquirieron gran importancia con el teatro de Meiningen pues ya no son un adorno, algo sin importancia, sino que ahora engloban todo el concepto de la obra teatral, mandando así un mensaje que va aunado al diálogo de los personajes.


Dirección expresiva

Hubo actuaciones realmente destacadas, muchos roles quedaron completamente claros y bien representados. Al inicio, entre los desplazamientos, los sonidos y el hecho de que algunos actores hablaban muy rápido o no lo suficientemente alto, fue difícil entender el contexto y de qué iba la pieza, se prestaba a confusión. Existe química entre los actores, quienes demostraban confianza en el escenario. 

Hay escenas que requieren más trabajo actoral, por ejemplo, aquella en la que un padre y su hija discuten frente a la estatua de un profesor en un parque. Hizo falta emocionalidad, sentimiento, conectarse con el diálogo y hacerlo más realista. Algunos actores que representaban múltiples personajes demostraron haber trabajado duro en perfeccionar los rasgos característicos de cada uno. 

Es fácil verse reflejado en esta pieza de Chocrón, por la validez que tiene el diálogo en la sociedad actual venezolana. Gran trabajo de Teatro Ucab, pues lograron una gran representación con los recursos de los que disponían. En relación al público, este se siente casi parte de la obra. La obra entra al público a través de sus actores y las acciones de los personajes en determinadas escenas, que se desarrollan entre las butacas donde se ubican los espectadores.

Asia y El Lejano Oriente en Trasnocho cultural

Dirección plástica

  • Escenografía: disponían de distintos materiales, unos especialmente refinados y que dan muestra de la capacidad de recursos de los que poseen: sillas, barras de baile, telas, cámaras profesionales y paraguas de luz, etc. Los actores se desplazaron por todo el escenario, que tenía piso de madera y reflejaba pulcritud. La escenografía fue utilizada y manejada con agilidad por los actores.

  • Iluminación: recurso crucial y con gran uso en esta obra. Al ser un musical, las luces ayudaron a resaltar a un actor de entre los demás cuando le tocaba cantar. Reflejaron el carácter dramático de ciertos números musicales, por ejemplo: cuando la actriz (Fabiola Arace, que representaba a Ana) usó una boa de plumas rojas a la vez que canta un solo. Más que colores, se vio fue un gran juego entre luz y oscuridad.

  • Vestuario: usaron múltiples piezas para destacar las diferentes personalidades: sombreros, lentes, togas, abrigos, cigarrillos, chaquetas, bolsos, entre otras cosas. Entendiéndose perfectamente cada papel, pues las piezas eran acertadas. Diferentes colores y texturas. Al igual que la obra del grupo de teatro Ucab, utilizaban un uniforme que los identificaba a todos y así hacer más fácil la transición de un personaje a otro, en el Trasnocho se destacaba por ser el negro. Todos uniformes y elegantes. Este recurso, así como diferenciaba a los actores, tenía un carácter refinado y era muy variado.

  • Maquillaje: sencillo, solo para pulir rasgos, pero nada que los hiciera lucir completamente diferentes.

  • Musicalización: esta pieza contó con un recurso musical muy completo y trabajado. Por un lado, los actores cantaban con muy buena técnica, tanto juntos como en solitario. El canto y la música complementó (y ayudó a entender) el contexto de las escenas, las personalidades de los actores y la relación entre ellos. Por ejemplo: en una de las primeras escenas, con Titi y Bobo, la relación romántica e inocente entre ambos se ve ambientada de manera perfecta por la música suave y dulce de fondo. En otra escena, cuando Ángel (Oswaldo Maccio) se enfrenta a su padre y le dice que no irá a la guerra, la música y el canto trágicos le hacen juego al momento. Los actores cuentan la historia en 16 géneros musicales: salsa, bachata, tango, rap, son, boleros, godspell y cha cha cha, acompañando el espectáculo de pasos de baile coordinados y simpáticos.

Dirección expresiva

Los actores representaban excelentemente a cada personaje. Desde el principio se entendió de qué trataba la historia. Hubo grandes matices en las voces de los actores que, por un lado, tenían mucha gracia, y por otro, acompañaban acertadamente a la personalidad del personaje. A pesar del carácter tan cómico que tiene la pieza, especialmente por su representación de musical, el público se veía reflejado en la trama y provocó gran reflexión, especialmente por aquellas escenas más serias y no sonoras, en las que el mensaje era claro y preciso.

Cada pieza es fenomenal por distintas razones. Creemos que la pieza de Teatro Ucab tiene un carácter un poco más nostálgico, su mensaje y adaptación está más relacionada a los últimos eventos ocurridos en el país a lo largo de este año, especialmente lo que sufrieron los estudiantes.  Está dirigida más directamente hacia los jóvenes, los estudiantes; público que es el que predomina en sus funciones. Hicieron buen uso de los recursos que a pesar de sencillos y casi vulgares llenaron de vida la obra.

La pieza del Teatro Trasnocho Cultural es más cómica, divertida, y está dirigida a un público más heterogéneo. El canto en esta puesta en escena es crucial para dar los matices necesarios y lograr transmitir el mensaje.


Los eventos que se ven plasmados en esta adaptación son muy similares a los de la realidad venezolana, sin embargo podemos llevarlo mucho más allá de una simple sátira de nuestra sociedad. Puede convertirse en una reflexión muy personal acerca de no solo como se vende un país, sino como nos vendemos nosotros mismos, en Venezuela y en el resto del mundo. 

domingo, 9 de noviembre de 2014

Entre agones, fantasmas y pasiones.

   Un Espíritu Burlón, comedia inglesa de Noël Coward, refleja, a través del comportamiento y las acciones de sus protagonistas, el predominio de los deseos y las emociones en la toma de decisiones. La razón y sus supuestos pasan a ser de segundo plano de manera casi automática. No hay una preocupación por el orden lógico o los preceptos que rigen o deberían regir el comportamiento de las personas. Cada quien debería cumplir una función y actuar de cierta forma según su rol en el esquema social, pero esto no sucede así en todo momento, pues existe mucha libertad por parte de los personajes al expresar tanto sus sentimientos como sus pensamientos.

     Gran relación tiene esto con la obra trágica de Sófocles, Antígona. Por un lado, tenemos al rey Creonte, un personaje que no se deja llevar por las emociones o el afecto hacia los demás, sino que toma su papel de rey y cumple sus funciones sin vacilar mucho. En Un Espíritu Burlón, podemos comparar esta figura masculina, de autoridad, con Carlos (el protagonista), quien actúa en función de su papel de novelista reconocido, de hombre de la casa. Aún así, este personaje demuestra mucha más sensibilidad y despreocupación por la crítica que Creonte (podemos verlo en las págs. 73 y 74 con su trato hacia la servidumbre). De igual forma actúa el doctor Bradman, personaje serio y científico pero que en ningún momento reacciona de forma severa.


        Por otro lado, en la obra de Sófocles, también tenemos al personaje de Antígona, que se deja llevar por sus creencias, su lógica interna y sus sentimientos, y entierra a un hermano solo porque es hermano y no porque le tenía verdadero afecto, termina quebrantando la ley sin importarle sus funciones como princesa y  sobrina del rey.

          Sus acciones impactan a todo un grupo de terceros, y así podemos verlo también en la obra de Coward con el personaje fantasma de Elvira: está tan desesperada por cumplir su deseo de volver a estar con su amado ex esposo, Carlos, que lleva a cabo una serie de cosas para que él muera y vaya a su lado en el más allá (pág. 125-126). Todas estas acciones terminan afectando a un tercero, Ruth, la esposa actual de Carlos, quien muere en un accidente automovilístico (pág. 132-133). Al mismo tiempo, este deseo de estar junto al amor de su vida lo vemos con Hemón, que busca la muerte solo para estar con Antígona, quien no solo afectó a su amado con sus acciones, sino a Creonte y a Eurídice.

      Otro aspecto a señalar en Un espíritu Burlón es cómo las diferentes creencias o ideologías de cada personaje actúan en conjunto. Al inicio, ninguno cree en los poderes de la médium, Madame Arcati (pág. 53-54), o en todo caso, intentan buscarle alguna explicación lógica a lo que hace en sus rituales. Durante la obra, se ve cómo la juzgan según su rol de médium, pues todos están muy atentos a ver si cumple con los “estándares” de una persona que se conecta con los muertos o si es una farsante. Este actitud crítica hacia los roles y las acciones también puede verse entre el doctor Bradman y su señora, pues, en algunas ocasiones, ambos se llaman la atención por lo que el otro realiza o dice (pág. 39 y 45). Este asunto de las virtudes y el actuar en función del rol a desempeñar, cumpliendo con lo establecido o esperado según el mismo, es igual de evidente en Antígona.

          Aún así, en la obra de Coward, hay mucha más flexibilidad con este asunto, pues no hay penalizaciones por salirse de las buenas actitudes, por cumplir perfectamente con los estándares. El protagonista, por ejemplo, al final de la obra reacciona totalmente distinto y va más allá de lo que sus creencias le dicen, pues acude a la médium para encontrarle solución a sus problemas (a partir de la pág. 135). Lo mismo sucede con Ruth, la esposa de Carlos, pues al inicio no creía en sucesos paranormales; luego, termina creyendo en ellos y hasta envuelta en todo el asunto.

       En ambas obras el amor, los sentimientos y deseos juegan un papel sumamente importante, pues hacen eco en las acciones de los personajes, involucrando a terceros involuntariamente. De esta forma, hemos elegido representar "Un espíritu burlón", uno de los más grandes éxitos del dramaturgo Noël Coward durante la Segunda Guerra Mundial, por su carácter jocoso de comedia negra. La cual viene cargada de un profundo análisis psicológico y conductivo, en donde se ponen en escena las relaciones íntimas, las pasiones y desamores.

          El tema central de las relaciones humanas, con sus diferencias y conflictos, sirve para hacer reflexionar al público sobre cómo en el panorama mundial y específicamente en Venezuela vivimos cargados de “fantasmas” que nos persiguen y nos envuelven, causando que nuestra existencia sea cada vez más oscura. El desatarnos de esos fantasmas y continuar hacia un nuevo camino es lo que se quiere dejar ver con la interpretación de tan plausible obra de teatro.

Guion completo de Un Espíritu Burlón, de Noël Coward: http://bibliotecademexico.gob.mx/coleccion_sep/libro_pdf/21000026861.pdf 

domingo, 2 de noviembre de 2014

Tres agones y el juego se complica.

"De cualquier modo, nos hallamos aquí muy lejos del majestuoso camino de la piedad tradicional. Está interpretada el daño infligido al hombre como convertible en una ofensa contra Dios y, por ello, como eliminable en una socialidad del amor en la que el yo, dueño de sus intenciones, se conforte con el perdón. La falta social se comete sin que yo lo sepa, y afecta a una multiplicidad de terceros a los que nunca miraré a la cara, a quienes no hallaré en el rostro de Dios y de los cuales Dios no puede responder. La intención no puede acompañar al acto hasta sus últimas estribaciones y, ellos no obstante, el yo se sabe responsable de esas últimas prolongaciones (LO CUAL...) crea al yo autónomo un problema práctico entre otros; la relación con un tercero, la responsabilidad que desborda el "radio de acción" de la intención,, caracteriza esencialmente a la existencia subjetiva capaz de discurso." - E. Levinas.

          Mucho se parece lo que nos quiere decir Levinas en esta frase con la tragedia griega de Sófocles, “Antígona”, pues la protagonista (que posee el mismo nombre) se encuentra disconforme con la situación de su vida: hay un conflicto entre el cuestionamiento que le hace al sistema al que pertenece (y a su propio rol) y su participación en el mismo. Después de que Creonte prohíbe bajo pena de muerte que nadie enterrase a Polinices, Antígona decide enterrar el cuerpo de su hermano, indiferente a las consecuencias que este acto le traerá a ella y a muchas personas que la rodean. Esta rebelde, con o sin causa, impone sus normas y hace lo que ella asegura que debe hacer más allá de lo que le obliguen; para la mayoría, Antígona estaba rompiendo las normas y era inaceptable, pero ella solo defendía lo que creía que era correcto y no iba dar su brazo a torcer hasta lograr lo que quería, no podía permitirse traicionarse a sí misma. Al final, "el radio de acción", como dice Levinas, no solo le hizo comprender a Antígona las consecuencias de sus actos, sino que arrastró tras ella  a un grupo de terceros.                                                                                                                                                    
En palabras de Steiner, de lo que no cabe ninguna duda, es que el mito de Antígona reúne las principales constantes de conflicto en el ser humano. 

          La relación entre las personas requiere el contacto entre las mismas. La comunicación se basa en la interacción, en el compartir ideas e información. Muchas veces, de manera intrínseca, con el comportamiento y las palabras se transmiten los valores que posee cada persona, los cuales están arraigados por la cultura, las costumbres y la cotidianidad. De esta manera siempre ha sido, incluso desde antes de la antigua Grecia: los valores, la moral, las virtudes, rigen la vida de los individuos en una sociedad que podría considerarse más simple. Una sociedad que valora los actos heroicos por encima de cualquier cosa, valora el honor, la honestidad, la amistad y desprecia la traición y el engaño. Según MacIntyre en su obra Tras La Virtud,  a pesar de que existen distintas visiones del pasado como la de Sófocles, Homero, Aristóteles y Platón, todas concuerdan en el hecho de que estas virtudes solo se ven cuando hay relación, y esta, en su caso, se daba en la polis. Dependiendo de estas últimas y de cada punto de vista, las virtudes eran unas u otras pero siempre el comportamiento de un hombre basado en cualquiera de ellas afectaba a un segundo y a un tercero que podría o no conocer. Todo esto se enmaraña en una red a la que se llamaríamos sociedad. La acción de cada individuo integrante de una comunidad, sea cual sea su concepto de moral y en relación al rol que desempeñe, no se libra ni se librará jamás de las consecuencias que esta traerá dentro de su polis, es decir, en todo su entorno. Y esto es algo que no se queda atado a las sociedades antiguas, en nuestra realidad actual nos encontramos con el mismo conflicto de Antígona: ¿Cuestionamos al sistema o somos sometidos por él?